epistolar necesaria de tu estructura
_ Mi dedo que toca tu boca la deja entreabierta, plasmando con deseo la libertad de tu carne. Cierro los ojos para deshacerme dentro del lugar donde quedo cuando encuentro tu ausencia.
_Y tus labios me eligen con su forma de sonrisa indeleble por debajo las mejillas. Un gesto fugaz y el azar de tu canto resuena como el aire entre las flores, mientras se mueve tu boca y desparrama a quemarropa el dulce y suave aliento de tu belleza.
_Y somos una sola carne, una sola saliva, y un solo perfume en la piel, mientras temblamos como siluetas que acaricia el viento en la hierba.