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27.2.09

al norte de lo que escribo

Atrás dejé un mar anclado
y recorrí el camino árido
de la tierra que habita
desde mi piel hasta tu lado.

Enfrente vi unos ojos claros
y comprendí que sería esclavo
de la libertad que profetiza
el encuentro con tus labios.

¿Quién no querría
la esencia de tu vida?
¿Quién no dudaría
en ser la absolución
de tus caricias?