CamisetasGastadas

Nombre:

30.7.05

Gregarios de lujo

A veces creo que es demasiado tarde
para soñar como lo hacen
los poetas, las camareras y los cantantes,
para disfrazar el dolor de las mentiras
de la inocencia eterna perdida
en esta puta de mil duros,
que es a veces la vida.

A veces creo que soy demasiado perro
para acostarme con cualquiera,
una carretera repleta de gente caduca
un astronauta de piernas cansadas
en mitad de la duna que ofrece tu espalda.

A veces creo que es demasiado tarde
para nadar como lo hacen
tus reproches por nada, las horas muertas
para navegar por la amnesia de D.Mendo
del río que llora la fregona cuando limpia
de tristezas el horizonte del marinero
que empieza a ver tierra.

A veces creo que soy demasiado perro,
para reconocerme desnudo en el espejo
jugando al escondite en cualquier parte,
carne en los huesos que algún verano
será abandonado en algún cuarto del firmamento,
más pronto que tarde.

25.7.05

Primer día de verbena

Todos tenemos algo que ocultar,
de la perdición al cielo
hay unas cuantas gatitas en celo
cansadas de esperar al hombre invisible,
del pasadoble al "disyokey"
hay un torero retirado de los ruedos.

Caras de inexpresión en las verbenas,
números rojos en el debe de mi ridículo,
flores tapizadas en cemento abuardillado,
mi corazón de tristezas está de vacaciones.

Las bombillas brillán como estrellas decrépitas,
las chicas inquietas no soportan las canciones lentas,
mientras los chicos malos queman su primer petardo.

23.7.05

Egoísmo en papel sostenido

Solo te pido
aquello que no me puedes dar,
un mundo de sueños
donde el héroe
se centra siempre en mi persona.

Solo te pido
un lugar para compartir el calor
que me alucino
cuando pienso en desnudar
todas mis canciones.

Solo te pido
parte de lo que me debes
por rellenar de fiesta mi diario
en las tardes donde arden
los barcos del paraíso.

Solo te pido
cinco minutos antes
de un rutinario hasta luego
y clavarte mis besos y poemas
por la espalda.

Solo te pido
más tierra firme
que cielos en el aire
fruta de las quimeras de la incertidumbre
me riega las raices que me atan a ti

21.7.05

el verbo que no necesito

Fingiendo que recorro las calles
no necesito un martillo para caminar
por las aceras de la esperanza.

Escondido en la infelicidad de lo artificial
no necesito ser otro para ser feliz
por las noches disfrazadas.

Arrepentido si no he sido suficientemente yo
no necesito las palabras en el viento para volar
si son arrastradas sin el menor sentimiento.

Subiendo a las cerraduras de la luna
no necesito saber que te perdí
como se pierde el tiempo que se va.

Viendo a las arañas atrapadas en sus propias telas
no necesito consuelo, porque ellas
me dan tan pena, me dan demasiada pena.

Cambiando la estación de los desengañados
no necesito una película en super8
para darme cuenta de mis cuentas pendientes.

Estallando los días de verano
no necesito lograr convencerme para ver
lo nuestro otra vez

20.7.05

Mientras hago el muerto en el mar

Con el levitar de las olas
las pisadas del hombre muerto
van desapareciendo.

Acariciando los días,
el pasear de las formas divagantes ,
las noches de soledad,
se mueven rápido entre la sangre,
solo quedan sonidos de recuerdos
imborrables en la cabeza.

Hasta hoy
las palabras que encumbraban el horizonte
se han convertido en polvo,
en nada.

14.7.05

Golpes de doble filo

Piedras acartonadas en la habitación de la muerte,
derribo sueños enfangado en la realidad de barro.

Golpes en la espalda de una ilusión desconsolada,
van ocultando los quehaceres diarios
el sol de verano, recubriendo todo el cielo
con sus nubes de otoño, su frío de invierno.

Las verdades duelen
el tiempo pasa,
las penas hieren
mi vida escapa,
los sueños mueren
la noche espera.

4.7.05

Perífrasis de lo nominal

Soy de ese tipo de armas
que sirven para la defensa.
Soy un cúmulo de circunstancias
enfagado en cualquier pregunta.
Soy un pájaro ligero de equipaje
alojado en la séptima planta
del cielo de Madrid.

Las naves de refugio
ondean en el mar del norte,
la soledad que se avecina
tiene cara de invierno,
de distancia entre dos puntos opuestos.

El relucir de los clarinetes
embriaga la cercanía de los solitarios.

Soy un cielo lleno de nubes bajas
para ser tocadas con las manos.
Soy un pescador de sueños anclados
marchitando mi vida en la cantina de los perdedores.
Soy un optimista en los huesos
engañando a la realidad mortecina
que la vida nos ha regalado.