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3.8.07

La tierra inexperta de nuestro cuerpo

El látigo fugaz de lo inconstante
azota la expresión más confusa,
un viaje recorrido a medias
entre tus labios y mis piernas,
juré seguir el mejor camino
y elegí un mar solitario...

Ahora el miedo
ya no me persigue como antes,
sólo el remordimiento.
¿Toqué el cielo,
o era la necesidad de azules?
sólo el desconcierto.

Estrangulado
en este nudo de mar,
agitado
por las sobras de tu corazón,
el viento sopla libre y salvaje
mientras la lluvia golpea
mi cara,
sabiendo
que tarde o temprano
tendremos que sentir la tristeza.

Y cuando creas que nadie está pendiente de ti
yo todavía te estaré abrazando
sabiendo que todo aquel amor todavía me pertenece
como yo te pertenezco también a ti.

1 Comments:

Anonymous Anónimo said...

te lo he dicho muchas veces , desde mi punto de vista tienes un don , una facilidad , un no se qué para expresar asi de bien las cosas que uno siente y que en este caso comparto contigo al 100%, decirte simplemente que cuando la tristeza te embriague piensa en los buenos momentos ,las risas y ya verás como una sonrisita se esbozará en tu cara y creo q ese sentimiento de melancolía , nostálgia o algo asi , pues será mejor q el de la penada tristeza n? ( uy que poética me estoy volviendo jiji) que me algero de haberme topado contigo en este largo camino de la vida y que en fin , te cuides mucho tal y como haria en este caso el trucho vale ? jiji1besito . nur

10 de agosto de 2007, 12:35  

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