Un día de mi existencia

Día tras día
miro inapetente el transcurrir
de esta vida de desalientos
envenados.

Letra tras letra
volví al oscuro vacío
de la inercia agrietada
de mi memoria.

Lucho por no arder
igual que toda esa gente
que se alimenta de promesas,
de ilusiones fictícias.

Tiro por el retrete
todos los sueños que tuve
desde niño hasta hoy
porque eran imposibles.

Vomito mi ser inerte
por este agujero directo
a la cañería de la existencia,
cerrando la ventana.

Quizá trataron de engañarme,
quizá necesito cambiar mi mirada
de este mundo.
Entreabro la persiana
y tras esa nueva luz,
apareces.