Sentado ahí.
Sobrevolando las palabras,
dinamita a punto de estallar,
sin correr un riesgo,
vienen a sumergirse
las rutilantes estrellas
capaces de gustar y seducir,
pantanosas en el culmen
de lo innecesario,
de lo indeseable.
Atrapado en el vuelo,
cicatrices para el tiempo,
mientras tu boca se estremecía
quemada por el fuego
al levantar mi mirada
de ojos cerrados
perdidos en el placer
de sentirse espléndidos,
de sentir el vértigo.
Toda la agonía de esta noche
sostiene nuevos dolores,
y un par de recuerdos solitarios
decididos a morir en paz
de su propia mano,
dejando con su sangre el rastro
de promesas en tinta blindada
sin saber
de lo que su muerte esperaban.
Mientras duermes
te veo desnuda
tumbada sobre mi cama
soñando con esas maravillosas cosas
que no tienen importancia.
1 Comments:
cuánta belleza camisetilla!!hace ya que no nos confesamos y has de contarme esas agonías y de tus ojos inmersos en tan suculentos placeres...en vilo me tienes...bien he estado desaparecida como viene a pasar ya de costumbre, pero ahora que resurjo asi sin esperarlo ansiosa a la espera de noticias ricas y sustanciositas. un beso
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