La polvareda

Vuelven calles frías
a tus mejillas sonrojadas,
escuché de nuevo tu sonrisa
en el Parque del buen Retiro,
era una pose demasiado forzada
por culpa de las circunstancias.

Y ahora voy por control remoto
en el salpicadero mi corazón roto
hasta llegar aquí,
creo que deberías acordarte de mí.

La otra noche recordé la lluvia
y esas piernas sexys que ponías
volando a ras de suelo para ponerme a tiro
un pasito nada más y salgo despedido.

Nunca pude crear frases concretas
pero cada vez lo iremos haciendo mejor
es de noche en esta mala carretera
y la polvareda queda detrás de mí.

Y ahora voy por control remoto
en el salpicadero mi corazón roto
hasta llegar aquí,
creo que deberías acordarte de mí.