Una hoja cuadriculada
Yo también sé pintar
con mi piel el suelo,
cada vez
que tengo que volver
a caminar.
No tengo dinero
para poderte pagar
lo importante.
Vale, tal vez me equivoqué de sueño
de mercancía,
o de restaurante,
pero siempre volvería.
Ya sé que lo tenía
y pasé de largo
aunque sonreirían
las aceras de píes descalzos.
Cada mañana
era un siempre habría
y me perdonaban
por lo que decía.
Y yo ya no podía
seguir tus pasos largos,
una nota lo resumía
mañana me largo.
Solo,
o acostumbrado a nada,
dibujando
en cuadernos de líneas cuadriculadas,
mi vida desordenada.
0 Comments:
Publicar un comentario
<< Home